Lu es amiga mía desde hace muchos años, y aunque lleva muchos de ellos fuera (primero Paris, ahora Londres…) es una de esas amigas con las que de verdad siento que no ha pasado el tiempo cuando la vuelvo a ver. Es como si hubiésemos estado juntas el día anterior. Y parece una frase hecha, pero con ella de verdad que no lo es. Que cuando quedamos de nuevo, las risas y el tema de conversación se multiplican por segundos. Es un no parar. Y encima como veréis, la tía es un cañón del colorado. Es que dan ganas de que te caiga mal. Pero es imposible.
Cuando me presentó a Luis, y nos fuimos a cenar a aquél restaurante Londinense en el que la música no nos dejaba hablar, no pude ser más feliz por ella. No hacían falta las palabras, porque llamadme cursi, pero solo con ver como la miraba ya se veía que aquello tenía futuro.
Se casaron en Santillana del Mar. No podía ser otro sitio. Allí se casaron los padres de Lucía. Y su abuela desde el cielo fue la que le encargó el día tan espectacular que tuvieron ¡en Cantabria! Impresionante. Ni una nube y hasta calor. Un día 10.
El traje se lo diseñó y confeccionó Diego Estrada. Los pendientes eran de Joyería Yanes.
Todo muy bonito verdad? Pues esperad a ver el sitio. Directamente DE CUENTO. La suya fue la primera boda de El Capricho de Gaudí, en Comillas, donde Lu pasa sus veranos desde pequeña.
No puedo añadir mucho, esto hay que vivirlo.
El catering, Oh la la, otra liga.
¿Y las cantidades industriales de anchoas que nos pusieron? Todavía sueño con ellas.
El ramo fue para su amiga Pati y se lo entregó con Los Manolos y “Amigos para siempre”
El fiestón, debajo de una carpa transparente, fue irrepetible.
Con bailarinas para darlo todo hasta altas horas y…
Con puesto de churros para acompañar “la última”
Tardaré, tardaremos, en olvidar esta boda. Es más, me atrevo a decir, que no llegará ese día
Todas las fotos son de Liven Photography